La USACH y el departamento de Mecánica son muy importantes para mí. Me emociono cuando pienso en la oportunidad que tuve al entrar a estudiar con 100% de crédito. Y lo importante de haber aprendido una ingeniería dura, y duros fueron los ramos, no fue fácil, pero fue espectacular.
Normalmente me iba caminado o en bicicleta, pero en la entrada de Matucana había un cartel grande que decía y nunca me voy a olvidar; "Estudia no para saber más, estudia para ser más" Creo que fue algo que se me grabo en la mente, ¡¡si tienes la oportunidad debes aprovecharla al máximo!!
Claro que fui parte de un gran equipo. En la foto el equipo bicampeón de babyfutbol de Mecánica. Sebastian, Marcelo, Luis, Antón, Cristian, Pablo, Jorge y un servidor salimos campeones 2 años consecutivos. Amigos y grandes compañeros de carrera que reconozco y aprecio.
El año 1988 entre a la Universidad de Santiago de Chile a estudiar Ingeniería en Ejecución Mecánica. Y me considero un Ingeniero Mecánico porque termine todos los ramos, algunos 2 veces e hice mi memoria, pero nunca me titule. Y esto fue otro error importante que cometí, básicamente por una tontera o falta de madurez. En su momento no le di importancia y me enfoqué en el trabajo y la familia. Pero ahora creo que tenía que haber hecho ese esfuerzo adicional.
De todas formas, se agradece la oportunidad de estudiar en una gran universidad, con excelentes profesores. Y por lo que respecta a la infraestructura e implementación de los talleres de mecánica, no tenía nada que envidiar a ninguna otra universidad. En la Ex EAO teníamos tremendos talleres con máquinas herramientas, casi de todos los tipos. Estaban las salas de dibujo técnico con los sendos tableros. La USACH fue, es y seguirá siendo una gran Universidad, sin duda.
Cuando estudiaba en la universidad, la situación económica no era buena. Claro que estudiaba con 100% de crédito, pero también tenía que costear mis gastos por lo cual pase por distintos trabajos esporádicos como garzón, lavando autos, ayudante en un taller mecánico. Pero el trabajo que desarrolle de forma permanente incluso desde la enseñanza media fue el de comerciante en el persa Biobío. Y todo empezó porque una tía de mi mama, que le regalo varios cachureos que tenía en su casa; muchos discos de vinilo, gorros, zapatos, etc... Lo que llego a mis manos, y así empecé a ir al persa Biobío a vender Cachureos. Después se sumaron productos comprados en las Importadoras del Barrio Meiggs en la Estación Central, pero todos los sábados y Domingos tenía que saber llegar temprano a San Isidro con Franklin, para asegurar mi puesto y espacio en la calle.
También trabaje durante las vacaciones como Asistente de Ventas en Rodamientos SKF, en la sucursal de Alameda con Cummings, lo que me ayudo a aprender sobre literatura técnica. Y luego trabajé como Bodeguero en la Casa Central de SKF en Vicuña Mackenna, con lo cual pude conocer cómo opera una bodega. Y creo que estas experiencias son parte importante de mi formación profesional.